La mayoría de las capitales tiene ahora menos oferta en alquiler de larga duración, por ejemplo la reducción de la oferta es del 52% en Alicante y se sitúa en el 47% en Palma y en el 46% en Barcelona y Málaga.
Ciudades turísticas costeras son muy atractivas para comercializar las viviendas en alquiler turístico/vacacional. Es decir, viviendas que hasta hace unos años se alquilaban de larga temporada han pasado a comercializarse como alquileres vacacionales a través de plataformas muy dinámicas e intuitivas. Este formato de alquiler genera más trabajos debido a un cambio de inquilino constante, que conlleva entrega de llaves, limpieza, etc. Además suelen ser bastante rentables y se evitan problemas con inquilinos en cuanto a impagos, ocupación, etc.
Tras el Covid, desgraciadamente hay muchas personas que han perdido sus trabajos, cerraron sus negocios, etc. y se han tenido que reinventar profesionalmente perdiendo cierta estabilidad económica. Los propietarios temen que su vivienda se alquile de larga temporada y sufran precisamente problemas de impagos.
Según datos de la Patronal Andaluza AVVA, Málaga se está convirtiendo en un foco de máximo interés. El inversor inmobiliario busca una ciudad con potencial, desarrollo y con garantías jurídicas, además el 60% de las personas que visitan Málaga eligen una vivienda turística como opción de estancia vacacional.
Los pisos turísticos ya acaparan más de la mitad de las plazas de alojamiento en la provincia que cuenta con unos 51.000 apartamentos vacacionales.
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